Tratamientos

Trabajo con adolescentes, adultos, parejas y familias, con la intención de aliviar e intentar resolver aquellos problemas que no se han podido superar con los recursos personales y sociales con los que cuenta la persona, y que pueden causar mucho sufrimiento a todos:

Ansiedad
Autoestima, inseguridad y confianza
Depresión
Habilidades sociales y emocionales
Problemas familiares y de pareja
Trastornos obsesivos
Problemas de conducta, impulsividad, agresividad
Estrés y estrés post traumático
Trastornos alimentarios
Trastornos del sueño
Fobias
Abusos sexuales y maltratos
Dolor crónico
Crisis vitales y desarrollo personal
Problemas de conducta
Trastornos adaptativos
Inhibiciones
Aislamiento

La psicoterapia o cualquier intervención de inspiración psicoanalítica parte del hecho de que  conflictos inconscientes  determinan gran parte de los síntomas conscientes que sufrimos en la vida corriente, al generar unas ansiedades y unos mecanismos de defensa desadaptados que acaban dificultando la vida en relación con nosotros mismos y con los demás y generando trastornos psicopatológicos.

Es a través del  tratamiento relacional  con el terapeuta donde se procura  comprender  estos mecanismos y conflictos que están por debajo de la conciencia para ayudar a elaborarlos adecuadamente.

En el trabajo psicoterapéutico, el paciente expresa sus pensamientos, sentimientos, sensaciones, sueños… a través de los cuales junto al terapeuta investigan para ir aclarando, interpretando, dando sentido y conteniendo las emociones que pueden dar lugar a conflictos dolorosos en la vida del paciente para poco a poco poder ir  transformando los modos de reaccionar ante los problemas.

Así pues, se trata de un  trabajo conjunto, relacional, participativo de ambos, paciente y terapeuta, con el objetivo de construir a través de las sesiones una  experiencia terapéutica  que lleve a la mejora de los problemas.

Es un enfoque psicoterapéutico que no trata de decir al paciente qué debe hacer, sino  de ayudar a pensar y encontrar por sí mismo  qué debe cambiar, y cómo y cuándo hacerlo, con el tratamiento emocional que se le ofrece respetando rigurosamente sus tiempos y sus singularidades.

No hay soluciones ni mágicas ni rápidas, todo proceso terapéutico serio implica un  esfuerzo emocional necesario  para el desarrollo mental que es lo único que posibilita cambios internos y estables en la persona y el paciente debe estar motivado y dispuesto para experimentar con la esperanza de mejorar su vida.

Dada la complejidad de nuestros abordajes profesionales, la formación del psicoterapeuta desde esta modalidad teórica psicoanalítica requiere de  una amplia y escrupulosa formación técnica que hemos recibido, con el compromiso ético de formación permanente, confidencialidad, supervisión constante y tratamiento personal para poder asistir de la forma más humana, neutral y cualificada posible a los pacientes que nos consultan.

La última finalidad del tratamiento es ayudar a la persona a vivir mejor, intentando generar cambios internos que promuevan salud mental para adaptarse mejor en cualquiera de las áreas de la vida relacional, familiar, laboral, social… en la medida que los recursos del paciente lo facilitan.

A veces no es necesario una psicoterapia de mucha duración para ayudar a alguien que se encuentra en una situación de sufrimiento coyuntural, sino que se puede abordar en un tiempo limitado de sesiones que ayuden a desencallar una situación ya evitar que llegue a ser más grave o que se cronifique.

Puede ser que algunas entrevistas terapéuticas sean suficientes para reorientar un problema puntual que la persona con sus propios recursos no ha podido superar.

Contenido del acordeón

Esta intervención con los adultos se realiza a través de la palabra, la comunicación  emocional que intercambia en la sesión, y a partir de ésta tanto el terapeuta como el paciente elaboran las ansiedades y los conflictos que aparecen, investigando en el mundo interno de la persona.

La duración del tratamiento es la necesaria para cada persona y es variable: depende de la evolución y del conflicto que se trate. Siempre cada caso es único y singular.

Se aborda en pareja aquellas situaciones de conflictiva relacional en la cual ambos miembros de la pareja aportan sus dificultades individuales y entorpecen su vida emocional porque generan muchos conflictos.

Esta modalidad la ha de evaluar el psicoterapeuta como la más conveniente. Es frecuente encontrar problemas de incomprensión mutua, de responsabilidad/irreponsabilidad hacia los hijos, dificultades sexuales… No siempre los conflictos de pareja se abordan como tales, se puede indicar tras las visitas diagnósticas que cada cual haga un tratamiento  individualmente.

A menudo una intervención de pareja puede ayudar a que ambos decidan si quieren o pueden estar juntos o no, y en ese caso se puede acompañar una separación, si así ha decidido la pareja, de la forma más sana para ellos y los hijos, si los hay. Es una intervención preventiva de daños psicológicos que se pueden generar y son evitables.

Se realiza una psicoterapia breve de frecuencia semanal o quincenal para encarar conflictos centrados en un foco determinado que terapeuta y paciente acotan en las entrevistas diagnósticas. El objetivo de esta intervención es desatascar, y elaborar, un conflicto interno que afecta a la vida sana del paciente siempre que pueda circunscribirse a un foco muy localizado. Su duración es relativamente breve, dependiendo del caso, siempre inferior a la psicoterapia a tiempo indefinido. A veces, conflictos de un adolescente a su crisis «normal», pueden aclararse en pocas visitas, o incertidumbres de formación futura, o inhibiciones y temores que impiden el desarrollo … Hay muchas manifestaciones emocionales que sanan con intervenciones adecuadas, respetuosas con la persona y que permiten seguir la evolución madurativa de forma más satisfactoria.

En las entrevistas terapéuticas se pueden abordar aspectos puntuales de dificultades de la persona, ayudando a pensar acerca de los hechos y los sentimientos penosos que las acompañan.

Por ejemplo, ayudar a tomar una decisión laboral, u orientar la confusión propia de un adolescente, o aclarar algún aspecto conflictivo con los hijos, o unas consultas puntuales sobre la necesidad o no de iniciar un trabajo terapéutico de más envergadura. En ocasiones se trata de articular un espacio emocional de acompañamiento de un duelo por pérdida significativa  que se haya podido complicar, u otros problemas…

En definitiva, los conflictos que nos atenazan y nos crean un sufrimiento inabordable desde lo individual, lo familiar o lo social y nos impiden  pensar y vivir mejor, son el objetivo de nuestra intervención profesional cuando la persona ya no puede superarlo  con sus propias capacidades.

Está indicado para aquellos problemas que afectan  a todo el grupo familiar y en que cada uno interviene de alguna manera en fomentar o generar un conflicto de relación. A veces, con el objetivo de mejorar el problema que presenta uno de los miembros, es necesario la intervención de todo el sistema familiar. Se abordan problemas de roles en el grupo, dificultades de relación entre los hijos, problemas de límites educativos, de las dificultades para contener el sufrimiento que generan inseguridad, angustias, etc.